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Mostrando las entradas de junio, 2023

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  Las bendiciones son un recurso inagotable, como lo son la radiaci贸n solar, el viento y las mareas. El acceso es ilimitado y gratuito y pueden ser usadas en bien propio y ajeno. En tiempos donde las dificultades materiales nublan el juicio y la fe en lo invisible se estrecha hasta quedar reducida a una fina l铆nea, act煤an como una inyecci贸n de energ铆a expansiva que nivela la presi贸n externa.    No solo desde y hacia nuestros conocidos constituye un alivio, sino que resulta igual de gratificante darlas y recibirlas de, y a extra帽os, aunque ignoremos la naturaleza de sus padecimientos y ellos la nuestra. No hay privilegios sujetos a religiones ni razas. Una bendici贸n es un buen pensamiento lanzado al universo, que tiene el mismo impacto de donde sea que provenga. En este, como en muchos otros casos, la gram谩tica no altera el sentido de la historia.    Desearle un buen d铆a a quien ha batallado desde el amanecer con la incertidumbre de un mont贸n de cuentas por pagar...

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  Visto desde abajo el cielo parece esconderme cosas. La primera vez que sent铆 mi cuerpo en plena calle result贸 abrumador. Fue como aterrizar en un planeta desconocido que hab铆a recorrido cientos de veces antes que esa. Me sent铆 diminuta como un me帽ique.  Edificios gigantescos, avenidas m谩s amplias que nunca y ah铆 estaba yo, un personaje m谩s dentro de una ficci贸n abstracta a la que no he logrado dar forma ni con la imaginaci贸n.  Me sent铆 parte de algo, significativa de alguna manera, amada y protegida como una hija deseada por sus padres. Me sent铆 viva, aunque no m谩s de lo que podr铆a estar una hoja que acaba de soltarse de la rama.  La extensi贸n limitada de mi conciencia no me permite interpretar mis propios pensamientos, por lo siempre resulta extenuante darle un nombre a las cosas. 

饾檱饾櫀 饾櫔饾櫓饾櫈饾櫋饾櫈饾櫃饾櫀饾櫃 饾櫃饾櫄 饾櫋饾櫀 饾櫐饾櫔饾櫄饾櫉饾櫀

  ¿Realidad distorsiona debido a m煤ltiples selecciones erradas o la verdadera naturaleza de los seres humanos solo sale a la luz a su debido tiempo?   —Delirio de persecuci贸n  — me dijeron un d铆a—. Es eso lo que te hace rechazar a cuantos llegan tocando a tu puerta.    El resultado final ha sido el aislamiento, luego de simplificar y concluir en que todos quieren algo. Unos llenar sus vac铆os con lo qu茅 sea que encuentren afuera: afecto que disimule sus carencias, atenci贸n superpuesta a la soledad, en el mejor de los casos solo un punto de comparaci贸n para probarse a s铆 mismos que hay otros m谩s jodidos a煤n. Un alivio moment谩neo a sus fracasos, tomando como espejo a aquel a quien la vida ha puesto a prueba con mayor dureza.    Ando en paz desde hace tiempo. Lejos de quejarme de los obst谩culos he comenzado a agradecer cada uno de ellos, obedeciendo a la voluntad suprema sin ofrecer resistencia, porque nada trae m谩s desdicha al hombre que la autocompasi贸n,...

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  Aventuras de una noche por decenas, amor incondicional, apenas experimentado.  Vanas conversaciones en cualquier caf茅 de esquina, un trago y a la cama.  Una carreta vac铆a que resuena por calles transitadas, pero que nadie se detiene a o铆r.  El llanto que nadie calma porque a nadie importa.  La soledad a los cincuenta en la mitad de un puente que amenaza con arrojarme al extremo de una tercera edad que no vi llegar.  Hacen eco mis palabras de cuando los treinta: he  dormido menos de lo que necesitaba y que he comido m谩s de lo que mi cuerpo pod铆a asimilar.  A煤n as铆, me rehuso a aceptar las limitantes.  Sigo vistiendo de colores brillantes para que los j贸venes no me tilden de anticuada, aunque un juicio distinto y peor sale de sus entra帽as: rid铆cula.  Mi desfachatez es 煤nicamente tolerada por los pocos que permanecen a mi lado: amigos de la juventud.  Otros que se aferraron a la misma ilusoria esperanza de ser joven para siempre y no...

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  —No te observo —asegura, y su siguiente frase corrobora mis sospechas—. No deber铆as respirar agitada cuando recibes una llamada o comer deprisa cuando aparezco por casualidad.    —¿No me observa? —pregunto incr茅dula, y mi siguiente frase desnuda sus intenciones—. ¿C贸mo es posible que no lo haga, si ha juzgado incluso el tono de mi voz al hablarle a otros? 

饾檶饾櫔饾櫄饾櫉饾櫀饾櫒

  Sobre quejas la existencia humana ha quedado edificada. El eco de un lamento universal que rebota en la materia y alcanza a estremecer incluso a los reci茅n nacidos, quienes a instantes de su advenimiento lanzan el primero de sus gritos de inconformidad contra la vida que les espera. As铆, en la medida en que adquieren el lenguaje verbal, las quejas toman la forma de oraciones complejas. En la medida en que la conciencia se desarrolla, no as铆 que se expande, la tendencia natural al desorden vuelve los pensamientos quejosos m谩s fuertes e incontrolables, cu谩l embravecido enjambre de avispas.    El h谩bito de la queja muta con cada estaci贸n de la vida hasta que se vuelve una extensi贸n de la personalidad. Comienza con simplicidades y caprichos en edades tempranas que a menudo no son corregidas, porque nadie ve importancia en ello cuando hay tanto m谩s por lo cual quejarse. No forma parte de la educaci贸n del hogar el inculcar el agradecimiento, sino el dar las gracias, que en na...