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Digo yo, que a falta de agudeza visual he desarrollado sensores en la piel como los de un ar谩cnido. Mi cuerpo f铆sico dotado de sentidos groseros que solo aprecian la materia, se mueve con torpeza en espacios tridimensionales. No logran captar m谩s que aquello para lo que fueran concebidos: olores a relativa distancia, sonidos a diferente escala, fr铆o y calor. Mas, no es esta informaci贸n que llega la que me pone en alerta ante la presencia de otros cuerpos.
Puedo sentir c贸mo ciertas energ铆as me atraviesan, a veces incluso escucho los pensamientos en forma de oraciones. Siento el dolor y la verg眉enza de los que han sido desgraciados y me resulta dif铆cil desprenderme de estos sentimientos, como si se tratara de padecimientos propios. Soy capaz de entender las malas acciones sin juzgar y este hecho las vuelve menos condenables, porque a pesar de que un porqu茅 no justifica el mal, pone al descubierto las carencias del alma y queda explicado que tal comportamiento es lo 煤nico aprendido. Descifro expresiones a veces de manera espont谩nea, pero recurriendo al an谩lisis averiguo incluso motivaciones detr谩s de actitudes confusas.
Hay lugares fr铆os a este nivel sensorial del que hablo, no as铆 f铆sico, donde la energ铆a alrededor de estos cuerpos est谩 tan cargada de negatividad que simula caminar dentro del agua. Ralentiza los movimientos y se adhiere a la piel como una capa m谩s. El cuerpo que entra en contacto con este campo magn茅tico provoca un chisporroteo similar al de la est谩tica. Hay cuerpos limpios con los que apenas se siente el contacto, que me atraviesan sin resistencia ni electrochoques. Pasan ligeros como si nuestra composici贸n fuera la misma. Los reconozco en instantes, que se han estado purificando durante muchas existencias y aunque sea quiz谩s de manera inconsciente, ambos entendemos que acaban de sentir lo mismo que yo.
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