饾檨饾櫈饾櫍 饾櫃饾櫄饾櫋 饾櫂饾櫈饾櫂饾櫋饾櫎
Por alguna raz贸n que conozco, pero que por las dudas que siempre pongo sobre mis certezas me abstengo de mencionar, supe que para ese hombre no habr铆a m谩s viajes en el autob煤s y tal hecho me fue revelado incluso antes de bajar en su 煤ltima estaci贸n. Ni siquiera recuerdo qu茅 palabras nos dijimos, si tuvimos una despedida apropiada o si fue un adi贸s temporal, con la ilusoria idea de aquellos d铆as de que volver铆amos a vernos. Un hombre sabio, como llegan a ser todos los que han viajado infinidad de veces en el autob煤s, siempre cauteloso al hablar, como en par谩bolas que deb铆an ser desmenuzadas cu谩l alimento para reci茅n nacido; desconozco si motivado por el sentido com煤n: de que temas profundos es mejor tratarlos con simpleza, o si sus propias limitaciones no habr铆an de permitir una respuesta m谩s sofisticada, o si nuestra propia incapacidad para comprender lo obligaba a moderar tan abstracto lenguaje, la mayor parte de las veces incomprensible.
C贸mo explicar茅 a los dem谩s, sin resultar juzgada, que su despedida desbord贸 mi viaje de plenitud. Una que solo fui capaz de conocer gracias a sus ense帽anzas. Una que hace que el coraz贸n explote de alegr铆a, que los o铆dos revienten de m煤sica, que el pecho se hinche de emoci贸n contenida. Son las ganas de un baile sin fin, de una comida deliciosa, de un estado de quietud perenne, que a la vez se acompa帽a de la euforia, de un abrazo interminable, del deseo de re铆r y de llorar a la vez. La gloria de todos los hombres apresada en un pu帽o. El fin de lo que jam谩s termina. El despertar hacia la vida eterna.
Gracias por resultar elegida para coincidir en este, el 煤ltimo de tus viajes en el autob煤s.
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