饾檸饾櫎饾櫋饾櫎 饾櫓饾櫄饾櫒饾櫓饾櫈饾櫆饾櫎饾櫒
Jam谩s se hab铆a visto una ola como aquella en Ciudad del Mar. Los pescadores que habitaban en las monta帽as del litoral hab铆an lidiado con toda clase de sucesos, desde remolinos que devoraban naves enteras y escup铆an los tablones de la quilla, hasta peces gigantescos que arrastraban a los m谩s necios al fondo del mar cuando se negaban a cortar el cordel. Las generosas aguas que sirvieran de sustento a familias enteras regre saban a recoger cuanto les pertenec铆a. Las radioemisoras anunciaban tormenta de manera mec谩nica. Cada d铆a a la misma hora un parte del tiempo alertaba sobre distintos peligros al ir mar adentro, aunque ning煤n lugare帽o era detenido por tales amenazas, que aunque reales no lograban disminuir el hecho de que la vida continuaba a pesar de lo incierto del clima. El comercio de peces jam谩s se deten铆a a esperar por los temerosos que obedec铆an al hombre sin rostro que hablaba del clima con tanta familiaridad como si de dos conocidos se tratara. Este mismo hom...